Cuando la noche se despide despacio
del día, es cuando mi corazón más te anhela y te desea.
Apareces como un sueño ante mí y mis
sentidos adormecidos; de repente se despierta. Mi mente te recobra de nuevo
recibiendo en mi cuerpo tus caricias, en mi boca tus dulces besos...
En el espacio que hay entre la noche
y el día donde no existe el tiempo, ni la realidad concreta, ni pasado, ni
presente, ni futuro…allí, allí te espero.
Así te esperamos y por fin!!!!! llegaste. Bienvenida mi amiga Alis.
ResponderEliminarUn abrazo.
!Gracias! Qué haría yo sin vosotros?
Eliminarun abrazo.