LAS MANOS
Hay ausencia
de sonidos y la luz ha huido de mis ojos. Mi cuerpo permanece inmóvil, mientras
mi mente no descansa. Quiero gritar que no quiero estar sola, pero ningún
sonido sale de mi garganta.
Necesito el
contacto de un amigo desesperadamente y alguien, de quien no recuerdo su
rostro, me coge dulcemente las manos como todos los días, me acaricia y yo me
sosiego. Es mi único contacto con el mundo desde hace no sé cuánto tiempo.
Hoy,
inesperadamente, los sonidos vuelven, mi cuerpo comienza a moverse y la luz
ciega mis ojos. Hago un esfuerzo por descubrir la cara de quien me ha
acompañado en el hospital. Y descubro tu mirada que me sonríe y me transmite alegría,
esperanza, dulzura y… Aparto mis ojos de los tuyos. Tengo miedo de lo que percibe
mi corazón.
Aprieto con
fuerza tu mano, la que me ha mantenido unida a la vida. Y en silencio, lloro por
tu amistad.
Es como un despertar y sentir la fortaleza en la mirada del amigo y la confianza en la mano que nos enlaza.
ResponderEliminarUn beso Alis
Seguro que esas lágrimas de alegría por la amistad percibida por el tacto, terminaran en sonrisas y esa mano terminará por guiarte por la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te brindo mis manos.
ResponderEliminarPrecioso, Alis, cómo siempre. ¡Si es que tienes mucho arte! Besos
ResponderEliminarMuy bonito y sensible ese final inesperado.
ResponderEliminarUn beso Alis.
Esa buena amistad que está en los momentos difíciles, esa, no se olvida.
ResponderEliminarMuy bonito.
Un abrazo
Por fin veo tu relato, que desde hacía tiempo esperaba ver. Siempre hay ocasiones en la que estas palabras y sentimientos nos vienen al pelo, aunque no en la misma intensidad. En general,¿ quién no ha tenido algún episodio en el que un amigo o familiar se ha hospitalizado?. Es en esos momentos cuando hay que volcarse un poco más y demostrar nuestro interés. A veces no se muestra todo el interés, pues hay otros factores que te condicionan, pero si los sentimientos están ahí, hay que manifestarlos. Es una forma de continuar viviendo y de ser agradecido. Me ha gustado tu relato..
ResponderEliminarEsperanzador ese final, asi lo quiero ver, Unas manos amigas siempre se agradecen ¿verdad?.
ResponderEliminarGracias por venir Alis y acompañarme en esta convocatoria.
Un abrazo.
Las manos y los ojos son los que mejor hablan. Gusto en leerte Alis...
ResponderEliminarBella amistad que está cuando más difícil es el camino
ResponderEliminarAbrazos
Un relato muy emotivo que sabe nombrar una de las cosas más puras y nobles de la amistad verdadera, la incondicionalidad.
ResponderEliminarEn los momentos más difíciles, saber marcar presencia desde la compañía y el cariño.
Besos!
Gaby*
Uuuuffff !!!
ResponderEliminarque relato me ha emocionado bastante, greo que me ha dejado con un nudo en la garganta, vaya si que me ha impactado este pequeño pero fuerte y grandioso relato.... MIL FELICITACIONES !!!!
Un bello canto a la esperanza que proporciona la presencia incondicional de la amistad.
ResponderEliminarBesos
A veces los ojos no nos dejan ver lo más valioso del otro. Hay que abrir el corazón para ver y sentir mejor.
ResponderEliminar=)
Llenas mi corazón de esperanza con palabras muy sentidas, llenas de emoción y entrega. Hermoso descubrir en quien confiar y a quien entregar nuestra alma, lo más preciado...
ResponderEliminarBrindo por la amistad deseandote una FELIZ NAVIDAD.
Hermosa historia que realza la generosidad, la entrega, la lealtad que distingue a la amistad verdadera. Relato contado con un lenguaje que emociona y enternece. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo y Feliz Navidad.