domingo, 18 de agosto de 2013

EL PASEO



La presentación a través del periódico fue un éxito. Observó tranquilo a los asistentes: allí estaban sus mejores amigos, amigos  a secas, algunos conocidos, caras olvidadas y enemigos, unos declarados y otros anónimos. Para todos tuvo una sonrisa.
Agudizó el oído para escuchar las conversaciones. Salieron a la luz amarillenta del día, anécdotas de la niñez, ilusiones y fracasos de la adolescencia, el trabajo, el amor y el desamor de la madurez. Con todo ello fue capaz de ver con otros ojos su vida y reconstruirla a través de los demás. Se miró para reconocerse en las palabras de los otros y se encontró, un poco más pálido de lo normal, pero era él.

El reloj marcó la hora de la partida. Asombrado vio que todos le acompañaban en el paseo. Se alegro al descubrir, que había más gente que lo quería de lo que él había imaginado. Contento y feliz, los miró uno a uno a los ojos y les dio las gracias. Se despidió de todos, incluso de él mismo.  Y se dijo, que su entierro había sido un gran éxito.    

5 comentarios:

  1. Tal vez en sueños, alguna vez experimenté algo similar, verme en el día de mi entierro y verme acompañada, reconocida.

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  2. Me pareció escuchar este tiempo atrás, que una mujer había celebrado su entierro en vida para no perderse nada...
    P.D. Me alegro de volver a leerte. Saludos.

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  3. Buen paseo este en el que no falto nadie. Es bueno partir sabiendo que fue querido.
    Un abrazo y regalate más, que nos tienes abandonados.

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  4. Es precioso tener un entierro de esa manera :)

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